Desde que descubrí el arte del tatuaje, mi vida cambió por completo. Cada trazo que dibujo en la piel es mucho más que tinta: es un puente hacia una historia, un sentimiento o un momento que queda inmortalizado para siempre.
Para mí, tatuar no es solo un oficio, es mi forma de expresión. Dedico mi tiempo y energía a perfeccionar cada diseño, asegurándome de que cada tatuaje sea único y refleje exactamente lo que el cliente desea transmitir. Es un honor saber que alguien confía en mí para llevar en su piel algo tan personal y significativo.
Mi inspiración viene de todo lo que me rodea: el arte, la música, la naturaleza y, sobre todo, las personas. Cada historia detrás de un tatuaje es un nuevo desafío creativo que me impulsa a superarme y a seguir aprendiendo.
La pasión no solo está en crear, sino en conectar. Quiero que cada persona que se tatúe conmigo sienta que su experiencia es especial, desde la idea inicial hasta el momento en que se ve por primera vez en el espejo.
Tatuar es mi pasión, mi propósito y mi legado. Es mi forma de dejar una marca, no solo en la piel, sino en la vida de quienes confían en Pitus Tattoo para sus historias.